martes, 29 de abril de 2014

PECADOS LITERARIOS

(Que nadie está exento de cometer)
Verónica Sukaczer


(Cortesía: Gonzalo Rave) 


Creer que se ha escrito realmente lo que uno tenía en la cabeza (pecado típico de tallerista).

Escribir una obra fabulosa con un primer párrafo olvidable.

Escribir un cuento fantástico, pero al final todo resulta ser un sueño (pecado típico de autor inseguro).

No darle bolilla a los errores de ortografía porque total el editor los va a corregir si la obra es maravillosa.

Creerse escritor luego del primer cuento publicado en una revista que nadie lee.

Decir que uno "no corrige" porque lo que importa es la espontaneidad.

Decir que uno "no corrige" porque la literatura es escribir sin pensar, dejar que las palabras fluyan.

Ganar una mención en un concurso literario de la Biblioteca Popular Platero y Yo de “Villa Tachito”, y decirlo a los cuatro vientos.

Escribir un gran cuento con un título lamentable.

Escribir un gran título para un cuento lamentable.

Creer que los adjetivos ayudan a plasmar los sentimientos con que uno escribe.

Creer que los adjetivos ayudan.

Compararse con escritores de moda para contar el estilo propio ("escribo como Cucurto, ¿viste?").

Creer que los editores son todos unos h.de p., porque no te publican.

O que existe un boicot editorial contra uno mismo.

Escribir sin signos de puntuación porque un gran escritor así lo hizo.

No saber usar los signos de puntuación.

Repetirse hasta el infinito, contando una y otra vez la misma historia en el mismo estilo.

No leer buena literatura incansablemente "para no contaminarse".

Creer que si se lee fácil, no es literatura.

Creer que si es entretenido, no es literatura.

Escribir bajo el influjo de grandes emociones.

Buscar en Internet consejos para escritores.

Enviar cuentos o novelas a escritores que uno no conoce, pidiéndoles que lean el trabajo y les den una opinión.

Escribir para el mercado, lo que se vende.

Defender a muerte los cuarenta lugares comunes que uno escribió en su mini relato.

Decir que uno escribe sólo "para sí mismo".

Poner siempre algo de sexo o de violencia en cada texto, porque eso "es lo que el público espera".

Escribir para chicos con diminutivos.

Creerse por encima de los lectores.

No leer literatura popular (ni siquiera como curiosidad para saber qué se está leyendo en un momento dado) por prejuicio.

Creer que todas las mujeres escritoras escriben estilo "Allende".

Hablar de libros y de literatura y sólo de libros y de literatura.

Cargar siempre con un libro clásico que nunca se leyó, como accesorio de moda.

Descreer de los talleres literarios.

Creer demasiado en los talleres literarios.

Nunca darle una mano a quien empieza.

No divulgar jamás el nombre de un editor, para evitar que el enemigo le envíe sus libros.

Escribir como si se tuviera una fábrica de libros: uno tras otro sin descanso.

Autopublicarse (pecado mortal).


jueves, 24 de abril de 2014

Ejemplos de Hipérbaton



Les dejo a continuación tres ejemplos del ejercicio de esta semana hechos por su profesor.

-   Se arman con palabras, crucifijos  y aparente indiferencia

Arman: Verbo
Palabras: sustantivo
Crucifijos: sustantivo
aparente: Adjetivo
indiferencia: sustantivo

-          Palabreros se crucifican con armas y aparente indiferencia
-          Los indiferentes se crucifican con armas y palabras
-          Las palabras arman el crucifijo de la indiferencia
-          Las palabras aparentan ser crucifijos, armas de la indiferencia
-          Los crucifijos aparentan ser palabras indiferentes
-          Las palabras se crucifican ante la indiferencia de las armas
-          Las palabras se crucifican ante la indiferencia de la apariencia
-          La apariencia se crucifica ante la indiferencia de las palabras
-          Las palabras y las  apariencias arman crucifijos de indiferencia
-          La indiferencia aparenta ser un crucifijo y una palabra 
       Las palabras arman crucifijos de apariencia





-   Le encantaba mirar su trasero redondo y sonrosado

Encantaba: Verbo
mirar: Verbo
Trasero: sustantivo
redondo: Adjetivo
sonrosado: Adjetivo

-          El redondo mira el trasero encantador y sonrosado
-          El trasero redondo y sonrosado encantaba al mirador
-          El Sonrosado redondea el trasero mirador encantado
-          El encantador de miradas hace sonrosar a su redondo trasero
-          El encantador de traseros redondea su mirada
-          El mirador sonrosado redondea su trasero encantador
-          El sonrosado mira el redondo y encantador trasero
-          El trasero encantador sonrojea al mirador
-          El trasero encantado es mirado por un redondo sonrojado
-          El mirador de traseros es encantado por aquel redondo y sonrojado





-   El espejo le mostró la sombra de su delirio aterrador

Espejo: Sustantivo
Mostrar: Verbo
Sombra: Sustantivo
Delirio: Sustantivo
Aterrador: Adjetivo
-     
-         Un delirante espejo le mostró su sombra aterradora
-          La sombra de su delirio aterro a su espejo del mostrador
-          La aterrorizada sombra se mostró ante el delirante espejo
-          El espejo del mostrador le aterroriza más que su sombra delirante
-          La sombra del terror se mostraba a través de un delirante espejo
-          Un delirio aterrador se muestra ante el espejo y su sombra
-          La sombra delira con espejos terribles
-          Los espejos deliran con sombras terribles
-          La terrible sombra del espejo muestra su delirio
-          Aquel delirio aterrorizaba a la sombra del espejo

sábado, 19 de abril de 2014

100 preguntas que un escritor debería hacer a sus personajes

Aquí adjunto una "guía" de la que pueden echar mano a la hora de construir sus personajes de ficción. No es algo metódico que deba cumplirse al pie de la letra (a cada quien sus propias reglas) pero puede ayudarles a resolver algunos baches en la construcción de sus personajes.  Aclaro también que es una guía que sirve más para el desarrollo de personajes redondos y vitales para la historia, no tanto para planos. 
Parte 1: Lo Básico de los personajes


1. ¿Cuál es tu nombre completo?
2. ¿Dónde y cuándo has nacido?
3. ¿Quienes son o eran tus padres? (nombres, profesiones, personalidad...)
4. ¿Tienes hermanos? ¿Cómo son?
5. ¿Dónde vive ahora y con quién? Describe el lugar y las personas que viven con él.
6. ¿A qué se dedica?
7. ¿Escribe una descripción completa sobre ti. Debes considerar altura, peso, raza, color de pelo, ojos y tatuajes, cicatrices o cualquier otra marca que le diferencie.
8. ¿A qué clase social perteneces?
9. ¿Tienes alergias, enfermedades u otras debilidades físicas?
10. ¿Eres diestro o zurdo?
11. ¿Cómo suena tu voz?
12. ¿Qué frases o palabras usas con frecuencia?
13. ¿Qué llevas en sus bolsillos?
14. ¿Tienes tics, manías, hábitos extraños u otras características que le definan?


Parte 2: Crecimiento

15. ¿Cómo describirías tu infancia en general?
16. ¿Cuál es tu recuerdo más temprano?
17. ¿Qué estudios tienes?
18. ¿Lo pasabas bien en la escuela?
19. ¿Donde has aprendido tus habilidades?
20. ¿Has tenido modelos a los que seguir en tu infancia o adolescencia? Descríbelos.
21. Al crecer... ¿Qué tipo de relación mantenias con los miembros de tu familia?
22. ¿Qué querías ser cuando fuera mayor, de pequeño?
23. ¿Cuáles eran tus actividades favoritas de pequeño?
24. ¿Qué rasgos de personalidad tenías cuando eras niño?
25. ¿Eras popular de niño? ¿Quiénes eran tus amigos y cómo eran?
26. ¿Cuándo y cómo fue tu primer beso?
27. ¿Eres virgen? Si no lo eres, ¿cuándo y con quién perdiste la virginidad?
28. Si eres un ser sobrenatural (por ej. mago, hombre lobo, vampiro), cuenta la historia de como te has convertido o has aprendido tus propias habilidades. Si eres un humano normal, describe cualquier influencia que te haya llevado a hacer lo que haces hoy.

Parte 3: Influencias pasadas

29. ¿Cuál consideras el evento más importante en tu vida hasta ahora?
30. ¿Quién ha tenido la mayor influencia en ti?
31. ¿Cuál consideras tu más grande logro?
32. ¿Cuál es tu mayor arrepentimiento?
33. ¿Qué es la cosa más mala que hayas hecho?
34. ¿Tienes algún antecedente criminal?
35. ¿Cuál fue el momento en que mas te has atemorizado?
36. ¿Cuál es la cosa más embarazosa que has hecho?
37. Si pudieras cambiar una cosa de tu pasado, ¿Cuál seria, y por qué?
38. ¿Cuál es tu mejor recuerdo?
39. ¿Cuál es tu peor recuerdo?

Parte 4: Creencias y opiniones

40. ¿Eres básicamente optimista o pesimista?
41. ¿Cuál es tu mayor temor?
42. ¿Cuáles son tus puntos de vista sobre la religión?
43. ¿Cuáles son tus puntos de vista sobre la política?
44. ¿Cuáles son tus puntos de vista sobre el sexo?
45. ¿Podrías matar? Bajo que circunstancias encontrarías el matar algo aceptable o inaceptable?
46. En tu opinión, ¿qué es la cosa más malvada que un ser humano puede hacer?
47. ¿Crees en la existencia de las "almas gemelas" o el amor verdadero?
48. ¿Qué crees que hace a una vida exitosa?
49. ¿Cuan honesto/a eres sobre tus sentimientos y pensamientos(por ej. ¿Escondes tu verdadera forma de ser de los otros? ¿De que forma?)?
50. ¿Discriminas o tienes prejuicios?
51. ¿Hay algo que te rehúses a hacer bajo cualquier circunstancia? Por qué te rehúsas a hacerlo?
52. ¿Por qué o quién, si es que hay, morirías (o harías otras cosas extremas)?


Parte 5: Relaciones con otros

53. En general, ¿Cómo tratas a los otros (Atentamente, de forma ruda, manteniéndolos a distancia, etc.)? Tu forma de tratarlos cambia según cuan bien los conozcas, y si es así, cómo cambia?
54. ¿Quién es la persona más importante en tu vida y por qué?
55. ¿A quién respetas mas y por qué?
56. ¿Quienes son tus amigos/as? tienes un/a mejor amigo/a? Describe a esa gente.
57. ¿Tienes un/a cónyuge o persona de afecto? Si es asé, describe a esa persona.
58. ¿Te has enamorado alguna vez? Si es así, describe lo sucedido.
59. ¿Qué buscas en un/a potencial amante?
60. ¿Cuán cerca estas de tu familia?
61. ¿Haz iniciado tu propia familia? Si es así, descríbelos. ¿Sino es así, Quieres? Por qué o por qué no?
62. ¿Cómo reaccionarias si estuvieras desesperad/a por ayuda?
63. ¿Confías en alguien para protegerte? Quién, por qué?
64. Si murieras o te extraviaras, ¿quién te extrañaría?
65. ¿Quién es la persona a la que más desprecias y por qué?
66. ¿Tiendes a discutir con las personas, o a evitar conflictos?
67. ¿Tiendes a tomar el rol de liderazgo en situaciones sociales?
68. ¿Te gusta interactuar con grandes grupos de gente? por qué o por qué no?
69. ¿Te importa lo que los demás piensen de ti?

Parte 6: Gustos y desagrados

70. ¿Cuál es o son tu/s hobbie/s o pasatiempo/s favorito/s?
71. ¿Cuál es tu posesión mas atesorada?
72. ¿Cuál es tu color favorito?
73. ¿Cuál es tu comida favorita?
74. ¿Qué, si lo hay, te gusta leer?
75. ¿Cuál es tu idea de buen entretenimiento (considera música, películas, arte, etc.)?
76. ¿Fumas, bebes, o usas drogas? Si es así, Por qué? Quieres dejarlo/s?
77. ¿Qué haces en tu típica noche del sábado?
78. ¿Qué te hace reír?
79. ¿Qué, si lo hay, te impacta u ofende?
80. ¿Qué harías si tuvieras insomnio y debieras encontrar algo para relajarte?
81. ¿Te entiendes con el estrés?
82. ¿Eres espontáneo/a, o siempre necesitas planear?
83. ¿Qué te hace enfadar?

Parte 7: Imagen personal y etcéteras.

84. Describe la rutina de un día normal para ti. ¿Cómo te sientes cuando esa rutina se ve interrumpida?
85. ¿Cuál es tu más grande fortaleza como persona?
86. ¿Cuál es tu mayor debilidad?
87. Si pudieras cambiar algo de ti mismo/a, ¿qué seria?
88. Generalmente, ¿Eres introvertido/a o extrovertido/a?
89. Generalmente, ¿Eres ordenado/a o desordenado/a?
90. Nombra tres cosas en las que te consideres muy bueno/a, y tres en las que te consideres muy malo/a.
91. ¿Te gusta como eres?
92. ¿Cuáles son tus razones para ser un/a aventurero/a (o hacer cualquier cosa heroica que un personaje de RPG haría)? Las razones reales por las que lo haces difieren de las que dices en publico? (Si es así, detalla ambos grupos de razones)
93. ¿Cuál es la meta que más deseas cumplir en tu vida?
94. ¿Donde te ves en 5 años?
95. Si pudieras elegirlo, ¿Cómo te gustaría morir?
96. Sabes que vas a morir en 24 horas, nombra tres cosas que harías antes de que se te acabe el tiempo.
97. ¿Por qué cosa te gustaría mas ser recordado/a luego de tu muerte?
98. ¿Cuáles tres palabras describen mejor tu personalidad?
99. ¿Cuáles tres palabras usarían los otros para describirte?
100. (pregunta para el escritor) Si pudieras, ¿Qué consejo le darías tú a tu personaje? (Puede shacer de cuenta que lo/a tienes sentado/a frente a ti y usar el tono adecuado para que el/ella preste atención a tu consejo)

lunes, 14 de abril de 2014

Queísmo

(Cortesía de Gonzalo Rave)



Darse cuenta de que o darse cuenta que

No le quites ese 'de'. Date cuenta antes de que te cueles
¿Darse cuenta que o darse cuenta de que? Puede que hayas dudado más de una vez si quitar o poner ese "de"... Pero la expresión correcta es darse cuenta de que, no darse cuenta que. A menudo, por temor a caer en el dequeísmo, quitamos ese “de” y metemos la pata…Esto nos lo aclara:
En la expresión se dio cuenta de que no se debe suprimir la preposición "de".
ERROR: En algunas noticias aparecen los giros se dio cuenta que y se dieron cuenta que: Se dio cuenta que atravesaban por las mismas dificultades y por ello decidieron agruparse; Cuando el hombre abrió el baúl se dieron cuenta que era una bomba.
Darse cuenta de algo significa “advertirlo” o “percatarse de ello” y el complemento de esta locución verbal se introduce con la preposición "de", aun en los casos en los que sigue la conjunción "que", según señala el Diccionario panhispánico de dudas.
Un procedimiento que puede servir en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de «preposición + que», o simplemente que, es el de transformar el enunciado dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse esta en la modalidad enunciativa:
¿De qué se preocupa? (Se preocupa de que...)
¿Qué le preocupa? (Le preocupa que...)
¿De qué está seguro? (Está seguro de que...)
¿Qué opina? (Opina que...)
¿En qué insistió el instructor? (Insistió en que...)
¿Qué dudó o de qué dudó el testigo? (Dudó que... o dudó de que...)
¿Qué informó [Am.] o de qué informó [Esp.] el comité? (Informó que... [Am.] o informó de que... [Esp.]).»
RAE: Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana, 2005, p. 214-215
En consecuencia, en los ejemplos citados debió haberse escrito: Se dio cuenta de que atravesaban por las mismas dificultades y por ello decidieron agruparse; Cuando el hombre abrió el baúl se dieron cuenta de que era una bomba.

viernes, 11 de abril de 2014

Sobre construcción de personajes

Pacto Narrativo


Diez autores cuentan cómo crear un personaje de novela

(Tomado del díario Clarín, Argentina, 3 nov 2002)

 




De Don Quijote a Harry Potter, los personajes revelan la cara del autor. Clarín entrevistó a diez escritores para saber cómo se encuentran y conviven con los protagonistas de sus libros.

Hubo un día en que el profesor Baer encontró los cuentos de terror de Jo March y le pareció que ninguna mujer -y menos si estaba por ser su novia- podía escribir esas cosas. Jo March lloró ese día y prometió escribir cuentos para niños. Fue un día de dolor -en realidad mucho días, uno por lectora- para miles de nenas de todo el mundo: las que leyeron, a través de más de un siglo, Mujercitas. Esa renuncia, el punto en que se somete la rebelde, la independiente, la talentosa Jo, era casi una amenaza. ¿Era real Jo March? O mejor: ¿qué tienen, cómo están hechos los personajes de la literatura que se meten en nuestra vida?

Una primera respuesta la da Luigi Pirandello, el autor italiano que en 1921 dio a conocer su obra de teatro Seis personajes en busca de un autor. “Los personajes -dice- no deben aparecer como fantasmas sino como realidades creadas, construcciones inmutables de la fantasía: más reales y más consistentes, en definitiva, que la voluble naturalidad de los actores”.

Por obra de la literatura, un enamorado es un Romeo, pero si las familias se llevan mal son Montescos y Capuletos. Shakespeare los creó hacia 1595, cuando los barcos cruzaban los mares cargados de esclavos. Shakespeare, sus contemporáneos, los poderosos de su época son menos que polvo. Los personajes siguen vivos. Pero claro que no cualquier personaje vive: ésa es labor del autor.

“Yo quisiera, y me esfuerzo para que así sea, que mis personajes sean ellos mismos y no hechos a imagen y semejanza del autor”, dijo en 1987 Adolfo Bioy Casares. “Trato de no transmitirles cosas mías, de mi formación intelectual”, había dicho en 1976.

Hay personajes que tienen más de una vida, sin que haya cambiado una letra del texto original. Uno de esos casos es el de Martín Fierro. Antes de que el Martín Fierro fuera el poema nacional, el libro de José Hernández era leído como un texto campero más, escrito como protesta por las condiciones de vida de los gauchos en los fortines. Poco después del Centenario, Leopoldo Lugones hizo una serie de conferencias en el Teatro Odeón donde se ocupó de canonizar el poema. Lugones presentaba al gaucho como símbolo de la nacionalidad y de paso lo contraponía a una inmigración creciente. Quedaron de lado sus borracheras y su rebeldía y Fierro encarnó las virtudes nacionales. Borges, que discutía a Lugones, discutió también esta idea: “Nuestra historia es mucho más completa que las vicisitudes de un cuchillero de 1872, aunque esas vicisitudes hayan sido contadas de un modo admirable”.

En 1963, Julio Cortázar escribió Rayuela y allí apareció La Maga, una mujer bohemia, que se cita al azar con su amante, Horacio Oliveira, en cualquier esquina de París. Muchas mujeres quisieron ser La Maga, muchas cosas llevaron su nombre o el de Rocamadour. ¿Fue un personaje pensado hasta el más mínimo detalle? La Maga es montevideana, del barrio del Cerro. ¿Por qué? Cortázar lo dijo con sencillez: “Ahora, por qué la puse a ella ahí, no lo sé. Porque no hay que olvidarse de lo que se cuenta cuando La Maga recuerda lo que le había pasado con un negro y habla de lo que era la casa. Allí se describe un conventillo y me pareció que el Cerro venía bien para ubicarla”.

Si se hace una lista de personajes temerarios, allí estará Carrie White, esa estudiante frágil de la que se burlan sus compañeros. Stephen King, su autor, sabe de dónde salió Carrie: lo mandaron a limpiar un vestuario femenino. Días después “me acordé del vestuario y empecé a visualizar la escena inicial de un relato: un grupo de niñas duchándose sin intimidad y una de ellas empieza a tener la regla. Lo malo es que no sabe qué es y las demás empiezan a burlarse de ella y a tirarle compresas...” Esta imagen se combinó con un recuerdo: King leyó un artículo sobre la facultad de mover objetos con el pensamiento. “Ciertas pruebas apuntaban a que la gente joven era más propensa a tener esa clase de poderes, sobre todo las niñas en el inicio de la adolescencia, cuanto tienen la primera...” Se habían unido dos ideas. Hecho.



“Hago los personajes para que vivan su propia vida”

RAY BRADBURY

Es estadounidense. Escribió Crónicas marcianas; El hombre ilustrado; Fahrenheit 451; Cuentos del futuro y Las doradas manzanas del sol.

Yo diría que creo mis personajes para que vivan su propia vida. En realidad, no soy yo quien los creo a ellos sino que son ellos quienes me crean a mí. Lo que tengo claro cuando escribo, es que quiero que los personajes vivan al límite de sus pasiones y de sus emociones. Quiero que amen, o que odien, que hagan lo que tengan que hacer, pero que lo hagan apasionadamente. Es eso, esa pasión, lo que la gente recuerda para siempre en un personaje. Pero no tengo un plan preconcebido: quiero vivir las historias mientras las escribo. Le doy un ejemplo sobre cómo es mi relación con los personajes. Es algo que me pasó: el personaje principal de Fahrenheit -obligado a quemar libros- vino un día a mí y me dijo que no quería quemar más libros, que ya estaba harto. Yo no tenía opciones, así que le contesté: “Bueno, como quieras, deja de quemar libros y listo”.

De modo que él no quemó más libros y así terminó escribiéndose esa novela.



“Entre las tensiones y la actitud liberadora”

PAULO COELHO

Es brasileño. Integra la Academia de Letras del Brasil. Escribió, entre otros: El alquimista; La quinta montaña; Brida y Veronika decide morir.

Todo hombre pasa -según mi entender- por un proceso que es semejante al de un volcán. Se va acumulando masa y en la superficie no se transforma nada. El hombre, entonces se pregunta: “¿acaso mi vida será siempre así?”. En un momento dado empiezan los síntomas de la erupción. Si el hombre es una persona inteligente, dejará que la lava salga y se transforme el paisaje que lo rodea. Si es un burro, tratará de controlar la explosión; a partir de ese punto toda su energía se gastará en el intento de mantener ese volcán bajo control. Yo fui lo bastante pragmático como para entender que era necesario aceptar una cierta medida del dolor de la explosión para después poder alegrarme con el nuevo paisaje. Así es como los personajes de todos mis libros viven entre estos dos mundos: uno de ellos es el mundo en que rige el aumento de las tensiones. El otro, es el de la actitud de liberación.



“El novelista es como un médium de ese individuo”

(NOTA DE DANIEL: En lo personal no me gusta este sujeto. Pero ni modo de dejar el artículo incompleto)

ROSA MONTERO

Es española. Escribió, entre otros: La hija del caníbal; Crónica del desamor; Te trataré como a una reina: El corazón del tártaro, Amado amo y Bella y oscura.

Los personajes aparecen en tu cabeza en primer lugar muy pequeños, reducidos a una imagen, o una frase, o un gesto, una característica, una decisión, algo... es un núcleo sustancial a partir del cual ese personaje se va construyendo. Y lo desarrollas viviéndote dentro de él, es decir, es el personaje el que te va enseñando cómo es.

El novelista debe de ser lo suficientemente humilde como para dejar de lado su voluntad, digamos, y hacer caso a lo que el personaje le va contando de sí mismo... en algún sentido, el novelista es como un médium de ese individuo. La creación de una novela es muy semejante a un sueño. Tú no escoges el sueño que vas a tener, por el contrario el sueño se te impone. Por eso, cuando el escritor tiene verdadero talento, a veces los personajes le sacan de sus propios prejuicios. Por ejemplo, Tolstoi, que era un machista terrible y un reaccionario, escribió Anna Karenina queriendo hacer un libro contra el progreso; su idea primera era contar cómo el progreso era tan malo que incluso las mujeres se hacían adúlteras. Pero luego su personaje, Anna, le arrastró hacia algo mucho más verdadero, hacia un libro que denuncia el sexismo, la doble moral burguesa, la opresión de las mujeres. Todo eso se lo contó Anna a Tolstoi.



“Surgen de algún lugar entre los sueños y la esperanza”

ÁNGELES MASTRETTA

Es mexicana. Escribió El mundo iluminado; Mal de amores, Arráncame la vida, Mujeres de ojos grandes; Puerto libre y Ninguna eternidad como la mía.

Ojalá tuviera claro cómo se construye un personaje. Si lo supiera estaría construyendo uno tras otro.

Yo creo que los personajes se crean dentro de uno, mucho antes de que uno se atreva a contarlos. A veces, irrumpen sin más a media tarde y convierten todo en una feria de lo desconocido. ¿De dónde salió esta mujer? ¿De dónde este hombre solitario? ¿De dónde este padre entrañable? ¿De dónde esta vendedora? ¿De dónde el encantador viejo que adivina las cosas? No sé.

De algún lugar entre los sueños y la esperanza, de un recóndito abismo que se guarda nuestros secretos y los pone de pronto sobre la mesa.

Yo veo a los personajes y los oigo desde antes de escribirlos; sin embargo, mientras los escribo veo cómo se convierten en seres vivos, con los que soy capaz de dormir y a los que recurro mucho tiempo después cuando necesito consuelo y quiero reírme o me urge alguien con quien echarme a llorar.

Cuando termino uno novela, extraño a los personajes que dejé ahí. Sobre todo extraño a los padres de Emilia Sauri, a su tía Milagros, a la Prudencia Migoya de Ninguna.



“Nunca pueden sustraerse a la historia del autor”

FEDERICO ANDAHAZI

En 1996 ganó el Premio Fortabat por El anatomista. También escribió Las piadosas, El príncipe, El árbol de las tentaciones y El secreto de los flamencos.

Un personaje se construye con distintos fragmentos de la subjetividad del autor. Por menos autobiográfico que se pretenda un personaje, nunca puede sustraerse a la historia de su creador. Esta dimensión debe pasar inadvertida para el lector y, en el mejor de los casos, también para el autor.

El personaje tiene que resultar verosímil. Debe cobrar “vida” y generar la ilusión de que es independiente del autor. Desde el Quijote hasta Joseph K., los grandes personajes encarnan el lugar del héroe. Sin dudas, que sea recordado depende del grado de identificación que ejerza sobre el lector. No hay otro secreto.

Para que un personaje sea sólido, el lector tiene que hacerse una representación clara de su fisonomía. Las características físicas, en general, deben ajustarse a sus rasgos espirituales. Para lograr una dimensión visual del personaje, muchas veces es más convincente una descripción anímica que una larga y enumerativa descripción física. Y a la inversa, a veces una brevísima descripción física puede definir el carácter. En ningún caso el aspecto del personaje debe quedar enteramente librado a la imaginación del lector. La composición del personaje tiene que estar supeditada a las necesidades narrativas, incluso en detalles en apariencia insignificantes.



“Viven en un misterio que revelan con sus acciones”

ANTONIO SKARMETA

Es chileno. En 2001 ganó el premio Medicis, francés, por La boda del poeta. Es el autor de El cartero de Neruda, No pasó nada y La chica del trombón.

Lo que hace atractivo al héroe es su fluidez. Es decir, el tránsito desde lo que ese ser cree ser hacia el ser que quiere ser. Por lo tanto, un personaje es siempre un proyecto. Lo que él es viene también determinado por la manera como lo ven los otros personajes. En la novela contemporánea un personaje es una relación. El personaje no debe preexistir a la novela. Son los actos los que lo moldean, las opciones que toma. Lo ideal es que el personaje entre levemente en nuestra existencia y que nos anuncie que espera un cambio, acaso de tal magnitud, que nos lleve con él hacia una metamorfosis. También es posible que el héroe se mantenga en sus posiciones y sea deteriorado por la realidad cambiante. En la construcción de la narradora y protagonista de La chica del trombón tuve que ser muy diligente. En ella se produce la situación paradójica de que es una chica huérfana sin prehistoria y obligada a buscar sus raíces en el futuro. Esto define su carácter: es alguien que está moldeándose en algo impreciso. Un personaje es una encrucijada de opciones. Los grandes personajes de la literatura están consumidos por la sensación de que habitan en un misterio que deben revelar con sus acciones. Lo que los define es el riesgo. Desde allí irán al fracaso, o a la gloria.



“Se va construyendo a sí mismo en cada página”

LEOPOLDO BRIZUELA

Ganó el Premio Clarín de Novela en 1999, por Inglaterra. Una fábula. También es autor de Fado (poemas), Tejiendo agua y El placer de la cautiva.

En el principio hay una imagen, de la realidad o de los libros, que me impresiona, y a la que le invento una historia.

Sólo una vez que cuento con esa historia, con esa estructura, me pongo a imaginar, sin apuro, como quien deja madurar una fruta en el árbol -un árbol que prescinde de cualquier tipo de exigencia ajena-, qué personajes podrían protagonizarla.

Todo depende, también, del género en que esa historia pida ser contada: si es un melodrama, o una fábula, o un relato gótico, voy imaginando el personaje a partir de un rasgo predominante, el que le permite insertarse en la trama.

Si es un relato realista, en que los personajes aparentan tener las mismas complejidades de las personas reales, incluso en el hecho de tener contradicciones, necesito conocerlos a tal punto que, sea cual sea la situación en que los ponga, los enfrente a quien los enfrente, puedan reaccionar con fidelidad a su propia esencia.

Sin embargo, lo más difícil es que, a diferencia de otros elementos como el espacio o un paneo sobre la época de los acontecimientos, el personaje se va construyendo en cada página.

Así, va enriqueciéndose a sí mismo en cada nueva acción, corrigiéndose a sí mismo en cada nueva palabra, connotando, además, su época, su espacio, y por supuesto, a su propio autor.



“Se va tratando de recordar la forma de ser de alguien”

MARCOS AGUINIS

En 1970 ganó el premio Planeta español por La cruz invertida. Escribió: Carta esperanzada a un general, La conspiración de los idiotas y La gesta del marrano.

Los personajes vienen al autor en forma inesperada. Buscan al autor y esperan que los tengan en cuenta.

Si ya tengo los personajes principales de una novela, los secundarios estarán en las antípodas, aunque se alejen de los gustos del autor. Fray Bartolomé Delgado, de La gesta del marrano, fue creciendo a partir de que yo quería poner frente al personaje central una fuerza detestable, opresiva. Es un personaje que tiene rasgos grotescos, con dulzura y cinismo.

Cuando uno busca un personaje positivo va tratando de recordar la forma de ser de alguien. Yo, en lo físico, marco algunos rasgos notables que alcanzan para recordarlo y nada más.

A veces influyen personajes de otros libros, pero es peligroso usarlos, aparece eso que se llama intertextualidad y puede ser plagio.

En algunos personajes no hace falta recordar su pasado, basta con alguna característica hecha con la economía de una caricatura. En otros sí, el pasado explica el presente, pero esto no debe presentarse en forma mecánica: la conducta en el presente debe sorprender al lector. Si no, el libro sería un ladrillo.

Un personaje es creíble cuando habla y se comporta de acuerdo a lo que sus rasgos más fuertes determinan. En vez de describirlo, prefiero dejarlo actuar. Y que el lector saque sus conclusiones.



“Los personajes son como el amor a primera vista”

MARIA ESTHER DE MIGUEL

Ganó los premios Nacional y Planeta, entre otros. Es autora de La amante del Restaurador y Las batallas secretas de Belgrano y otros.

Al principio tenés la intuición de algo. Pensás: “quiero un asesino, quiero un héroe, quiero una mujer enamorada”.

A veces robás sus características de la realidad: tomás una cara, una voz... A veces los sacás de otra novela. A medida que avanza la historia vas encontrando los detalles y muchas veces retrocedés para agregarlos.

De entrada, no tengo un personaje acabado, ni siquiera cuando se trata de personajes históricos. En la Historia están los datos, las fechas, las familias. Pero el personaje lo armás vos con tu imaginación.

Si en el imaginario colectivo un personaje es de determinada manera no te podés apartar mucho. El personaje histórico da más trabajo en lo técnico, más trabajo artesanal. No podés zafarte de los documentos. Yo, cuando dudaba, les daba un golpe de teléfono a historiadores como Félix Luna o a Hebe Clementi o a María Sáenz Quesada.

Cuando trabajé sobre Urquiza me fueron surgiendo escenas: como podía ser una tertulia, qué conversaciones podía tener. Ahí salió el hombre culto, el estadista, el guerrero.

Como el amor a primera vista, los personajes aparecen con sus características. Hay cosas que son como los huesos: no se modifican. Un personaje vivo no es flan, como yo no he sido un flan en mi vida.



“Un universo de seres reales son nuestro modelo”

ALICIA STEIMBERG

Ganó el Premio Planeta en 1992 por Cuando digo Magdalena. Entre sus libros están: Músicos y relojeros; Amatista; El árbol del placer y La selva.

Hay varias maneras de construir un personaje.

¿Cómo construí yo el personaje de la abuela en Músicos y relojeros? Recordando a mi abuela materna y haciendo de ella un retrato más bien maligno.

¿El norteamericano enamorado de la protagonista de La selva? Juntando a varios gringos simpáticos que conocí en Estados Unidos y fundiéndolos en uno solo, a mi gusto.

¿A la protagonista de Cuando digo Magdalena? Mirándome en un espejo que exaltara mis rasgos más aceptables.

¿A Amatista? Mezclando mis fantasías adolescentes de una mujer sensual y atractiva con la imagen de las actrices de la década del cincuenta.

Los personajes de Amatista en general son puro invento, pero cuando hablamos de inventar no olvidemos que tenemos a nuestro alrededor un universo de seres reales que son nuestro modelo obligado. Si yo presento un caballero del monóculo ligeramente perverso, el lector creerá que es invento puro, pero en realidad lo saqué de una vieja caja de galletitas Tentaciones donde se ven damas y caballeros de la década del veinte que a la vez representaban a las personas de clase alta de la década del 20 en Buenos Aires.

Si alguien me acusa de no haber sido fiel a la verdad, le preguntaré dónde firmé yo una promesa de que diría la verdad.